BRUTALIDAD AL DESNUDO
La firma italiana Ducati lanza la radical Monster 1200 R, una de las motocicletas más potentes jamás creadas y la que presume de un desarrollo completamente nuevo y refinado
Gracias a la pertenencia estratégica con el grupo grupo Volkswagen, la firma de Borgo Panigale ha aprovechado el escenario de Frankfurt para develar su última creación, hablamos de la Monster 1200 R, la sport naked más prestacional del segmento, la cual para esta edición incorpora la mecánica recién aprovechada por su hermana multiprósitos Multistrada. Se trata del motor Testastretta 1200 11° DS, que la impulsan con un enorme poder de 160 HP que son liberados a las 9,250 rpm, permitiéndole colocarse como la alternativa más potente del nicho al que pertenece.
Estamos hablando de una motocicleta que incluso supera la potencia erogada por su hermana “menor” la Moster S, que exprime 145 HP al propulsor antes citado. Lo anterior, ha sido posible gracias a las modificaciones directamente aplicadas en matera mecánica, mismas que incluyen un incremento en la relación de compresión, ahora 13:1.
Como ya nos tienes acostumbrados la italiana, la Monster R incorpora solo lo mejor en su parte ciclo y apartado electrónico. Esto incluye barras ajustables de 48 mm invertidas al frente y un monoshock con características similares para el eje posterior, ambos, firmados por Öhlins. En cuanto a frenos, la “R” incorpora pinzas de freno monoblock con anclaje radial Brembo M50, mientas que los discos, de 330 mm y 245 mm al frente y atrás respectivamente.
Como un toque muy especial, los ingenieros italianos han añadido el Ducati Safety Pack, que incluye frenos ABS, control de tracción y tres modos de manejo, entre los que se incluyen Touring, Sport y Urban para un control óptimo de la motocicleta de acuerdo al escenario de manejo.
Para finalizar, esta edición incluye rines de tres brazos dobles soportados por Marchesini de aleación ultraliviana acompañados por llantas Pirelli Diablo Supercorsa SP para garantizar máximo control, incluso ante un manejo exigente.
Eduardo Jiménez
