Test Acura MDX 2015

El vehículo familiar de la firma de lujo japonesa, sorprende por la sensación Premium erogada desde el primer contacto

ROMPE LA RUTINA

El vehículo familiar de la firma de lujo japonesa, sorprende por la sensación Premium erogada desde el primer contacto

Pensar en nuestra familia, conlleva a muchos escenarios, como el transporte y estamos seguros que nunca escatimaríamos comodidad y seguridad por esa parte tan importante de nuestra vida. Así lo ha pensado también la firma de lujo, Acura, que a través de la MDX, ofrece un producto tan elegante como completo.

Bastó una semana en nuestras manos para podernos convencer que este SUV es capaz de cumplir con las necesidades que buscamos en un vehículo familiar de lujo. Partiendo de su aspecto, el MDX se coloca como una atractiva propuesta, en la que podemos apreciar un esquema que se sabe diferenciar gracias a su esmerado diseño. Aquí encontramos un frontal afilado y amplio, con ópticas de corte geométrico e iluminadas con tecnología LED. Esto se armoniza en todo su exterior hasta la parte trasera, donde los pilotos iluminados con la misma tecnología rematan su aspecto con singular elegancia.

En el interior, los materiales transmiten una sensación de calidad superior a través de pieles y plásticos con tacto superior, sin mencionar el completo sistema de navegación e infoentretenimiento, que a través de dos display LCD touchscreen comunican todo aquello que deseamos conocer. La mejor parte de esto es la facilidad en su manipulación, pues la interfaz,  además de intuitiva, es sencilla en su operación.

La calidad de marcha es una de sus grandes virtudes y pese a que en ocasiones el eje trasero transmite una sensación de vadeo, la dirección es muy precisa y directa, lo que facilita su manejo aún en maniobras más exigentes. Su motor, en este caso un V6 con 290 hp, permite un manejo suave y en caso de necesitarlo, enérgico, complementado con una transmisión automática de nueve velocidades y tres modos de manejo , entre los que están: Comfort, Normal y Sport. Éstos, además de cambiar la calidad de respuesta de la caja, también modifican el tacto en la dirección, haciéndola más suave o rígida según la gestión seleccionada. Todo lo anterior sin mencionar su sistema de tracción integral que, si bien no comprobamos en off-road, a nivel dinámico permite un manejo muy controlable y hasta cierto punto, dinámico.

Tal y como nos sorprendió su esquema de seguridad activa, como los sensores de punto ciego, de estacionamiento o la cámara de reversa, también nos sorprendió la ausencia de mecanismos abatibles eléctricos en los espejos o la falta de iluminción LED al interior. Sin embargo, la MDX será capaz de satisfacer a sus propietarios como un vehículo completo y lujoso.

Eduardo Jiménez y David Landero

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